Via: A well traveled woman
Tengo una debilidad…si ya lo cantaba Machín. Sobre
debilidades estuvimos hablando mi amiga Cris y yo el otro día. Debilidades que todo
el mundo tenemos (sí, todo el mundo) y que por norma general no suelen ser del
todo buenas.
Del latín “debilis” falta de fuerza. Se habla de que
alguien tiene debilidad por alguna cosa u otro ser humano,
cuando tiene hacia él una inclinación especial, que influye considerablemente
en sus actos y decisiones. Ya puedes ser una chica (o chico) fuerte, valiente,
segura de ti misma que ante una
debilidad… ¡ay amiga! A ver cómo sales de esa.
Muchas veces pensamos ingenuamente que las hemos superado, que
hemos madurado, nos creemos el rey del mambo pero a la hora de la verdad... una
debilidad es una debilidad aquí y en la China popular, y sigue estando ahí poniéndote
a prueba.
El problema viene cuando te impiden avanzar, cuando obstaculizan
tu camino. Cada uno es libre de actuar como quiera(o pueda) pero a veces es
hora de plantarse. Plantarse porque no se quiere jugar más. Tener “deja vus” con el mismo final de siempre resulta
agotador. Sabes que no va a ser fácil, que te encantaría convivir con esa
debilidad. Porque la quieres. Y odias la idea de sacarla de tu vida pero tienes
que hacerlo por ti (y por tu salud mental). Porque las debilidades a veces
duelen.
Porque uno se cansa de esperar.
P.d: Ser valiente y mirar al frente. Porque ser valiente,
amigo, no es ser un power ranger. (Adoro las frases de Mr. Wonderful).
¡Mucho amor!
¡Mucho amor!
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